Media manzana
duerme sobre mi almohada:
esconde en sus semillas
los hijos que no tendré.
Yo, desde mi silla, la miro y me burlo
de la triste esterilidad
de un fruto
troceado.
Nuestra rebeldía no es nada comparada con el continuo arrastrar de las cosas hasta el límite. Nuestras penas no se transforman en poemas y lo invisible permanece como es. -Mark Strand