Monarca de los idiotas

Empapada en alcohol
trepo por tu garganta,
me clavo en tus cuerdas vocales
para, finalmente, encumbrarme exhausta en tu boca.

No deberías dejar que te corone tan fácilmente.
Soy una solemne tontería,
y tú el idiota soberano.
Y, ¿Quién será ahora tu pueblo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario