Quieres que te llamen Poeta, pero no haces más que diluir letras de la misma forma en la que las derramarías sobre una línea recta, larga e infinita. La línea, empapada, termina por
r o m p e r s e,
rebosándose a si misma, incapaz de sostener el peso
de sus propias
palabras,
que tropiezan inevitablemente
la unas sobre
las otras.
las otras.
ENTONCES la prosa se hace verso.
Es así
que cada verso
supone
una f r a g m e n t a c i ó n
de m í.
A veces soy poesía.
A veces soy poesía.