Quieres que te llamen Poeta, pero no haces más que diluir letras de la misma forma en la que las derramarías sobre una línea recta, larga e infinita. La línea, empapada, termina por
r o m p e r s e,
rebosándose a si misma, incapaz de sostener el peso
de sus propias
palabras,
que tropiezan inevitablemente
la unas sobre 
las otras.

ENTONCES la prosa se hace verso.

Es así
que cada verso 
supone 
una  f r a g m e n t a c i ó n
de m í.


A veces soy poesía.

2 comentarios:

  1. Me encanta. Empiezo leyéndolo sin que tenga mucho sentido para mí, pero al acabar todas mis l a g u n a s, se acaban convirtiendo en río.

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