Hubo un tiempo en el que éramos los mejores malabaristas de la ciudad. Jugábamos con emociones, lanzándolas al aire y arrastrándolas de vuelta con los dientes. 

Éramos los domadores. La piel se doblegaba ante nosotros con sólo un par de miradas atroces.
Éramos los leones. Nuestras garras arrancaban cada revestimiento de pudor.
Éramos espectáculo.

Eso fue lo que escogimos: el olor de la humedad, su textura en nuestras manos. El resbalar de tus palabras entre mis dedos. Mi rabia clavada en tu cuello. Saturar todos los sentidos, rezumar demencia por cada poro de nuestra piel.

Equilibristas en el fino hilo del pesimismo, eso es lo que somos. Caer al vacío antes o después no era un riesgo, era una obviedad. Claro que, la carne tiene un precio; y la opción más razonable en este circo de castigos y recompensas siempre fue la de matarnos. 

1 comentario:

  1. gracias por el comentario!

    ps. sí, leí catedral. Me gustó mucho
    de cualquier modo,
    mi preferido- desde el vamos del título-
    siempre fue "would you please.."

    tenés algun contacto??

    M-

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