Odio esa poesía que haces
sobre cúpulas de cristal,
sobre amor entre árbol y enredadera,
sobre flores y primavera.
Creo que es violenta y desagradable.
Victimista y ególatra. Por eso
quiero que sepas
que tu bóveda multicolor ha estallado.
Sus virutas de vidrio se han clavado en mi pecho
y ahora estoy llena de llagas.
También quiero que sepas
que tu enredadera asciende lentamente por mis piernas
incrustando más profundamente cada viruta.
Arrastra hasta mi cara margaritas y cristales.
Mírame, soy una bonita y luminosa vidriera.
Si estiro así los brazos soy
algo así como un Jesucristo en Technicolor.
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