Hoy ha vuelto ese viento
espeso y tropical
que lo inunda todo
que me sumerge en esa tristeza serena,
en ese oleaje tranquilo,
en mis campos de amapolas negras.
Dejo el cuerpo muerto
y el viento me invita a bailar,
roja,
mi propio luto
sobre las flores que
algún día
alguna parte de mí que no recuerdo
debió plantar sobre mi cama.