Sinfonía Patética

En la decadencia constante,
fácil, lisa e ininterrumpida
está la belleza del diminuendo.

En la decadencia constante
divinizaremos la basura
y nos proclamaremos la obra maestra
de un dios absurdo 
o inexistente.

Crucifige!

Dices ser 
la Virgen de los Siete Cuchillos.

Dices ser
una pobre y desgraciada mártir.

Entonces
alguien debería crucificarte.
Este es el lugar
en el que abro mis pétalos de carne
y exhibo todos mis huesos.

Este es el lugar
en el que caen todos mis huesos 
y me exhibo orgullosa como la nada más absoluta.

Aquí podrás verme desnuda e inexistente
o en la forma más elevada de mí misma.
Si me desnudas
y atas dulces lazos alrededor de mis muñecas
podrás pintar hojas verdes y lirios blancos sobre mis piernas,
enredaderas entre mis costillas y describir rosas en mis labios.

Y cuando sea un jardín danzante
podrás enmarcarme en la pared como tu obra de arte conceptual e incomprensible
o como la virgen extasiada y floreciente.
Al escribir esta frase, le estoy dando una inmortalidad completamente inútil. Sinceramente, creo que es una mierda de frase sin ningún tipo de significado más allá de ella misma. 

Pero si escribiera sobre sentimientos o cosas bonitas, sólo les estaría dando una falsa inmortalidad, porque los sentimientos desaparecen y lo bonito marchita. Y yo no soy ninguna piedra filosofal ni nada por el estilo.

Exquisito poema de amor

El sentido es innecesario.
Innecesario el es sentido.
Sentido innecesario es el.
Es sentido innecesario el.

Hemos superado la lógica.
La superado lógica hemos.
Lógica hemos superado la.
Superado la hemos lógica.

Creemos en la absoluta aleatoriedad.
Absoluta la en aleatoriead creemos.
En creemos aleatoriedad la absoluta.
Aleatoriedad en absoluta creemos la.

Son versos pero no transmiten nada ni quieren hacerlo. No provocan ninguna sensación ni quieren hacerlo. No tengo nada relevante que decir. Entonces lo que he escrito no es poesía, si no un cheque de banco. 

Imaginen que lo que han leído arriba ha sido un exquisito poema de amor y no un cheque.

Virgen del Carmen

Cuando entres en la catedral de nuestro tiempo
y respires el sacro incienso de mi recuerdo
te darás cuenta de que lo que creías reliquia
en realidad es un cuerpo inerte envuelto en cable de teléfono.

Mirarás hacia arriba y te verás en cruz.
Mirarás a la Virgen y me verás sentada
con las piernas abiertas.

He bebido tu agua bendita y la he meado después.

Señora grifo

Descuelgo el teléfono
y me lleno de bañeras desbordadas.

El baño está inundado.
El váter y el lavabo flotan en la habitación.
La cortina de ducha crea fantasmas.

El cortejo de los espejos

Los espejos de tu hambre reflejan el humo en mi laringe.
Los espejos de tu hambre son los altavoces de mi inconsistencia.
Los espejos son grises.

Los espejos de mi hambre recubren las paredes de tu aorta.
Los espejos de mi hambre recrean un espectáculo de luces y glóbulos blancos.
Los espejos son rojos, verdes, amarillos, azules.

Los espejos de ti reflejan el horizonte de mi.
Los espejos de mi reflejan el horizonte de ti.
Los espejos son líquidos o inexistentes.

Composición de violetas y cordel de cocina

Nunca entendió la razón por la que llamaban mujer florero, hasta que un día él escapó con el jarrón en el que tan elegantemente la había vestido. Ella, fragmentada, se esparció por el suelo esperando ser recogida por otras manos.

Cuando la vio semi-desnuda sobre el parqué, apartó el velo de dos años de maquillaje tras el que ella jugaba al escondite, descubriendo en su exuberancia y patetismo que las violetas ya estaban marchitas.
Media manzana 
duerme sobre mi almohada: 
esconde en sus semillas 
los hijos que no tendré. 

Yo, desde mi silla, la miro y me burlo 
de la triste esterilidad 
de un fruto 
troceado.
Somos cuchillo y tenedor bailando entre carne y dientes,
pero preferiría comer con palillos chinos.

Danzarines de sartén,
quiero ser arroz frito.

Esto es
una forma sutil
de decir
que ya
no quiero
sexo
contigo.
Me gustas sobre mi cama.
Tu desnuda horizontalidad
es un verso semi-dormido.

¿Has oído alguna vez un verso respirar?
Recuerdo su absoluta inmovilidad.
Nunca supe si era una fotografía en blanco y negro
o una personalidad real y cenicienta.
Quieres que te llamen Poeta, pero no haces más que diluir letras de la misma forma en la que las derramarías sobre una línea recta, larga e infinita. La línea, empapada, termina por
r o m p e r s e,
rebosándose a si misma, incapaz de sostener el peso
de sus propias
palabras,
que tropiezan inevitablemente
la unas sobre 
las otras.

ENTONCES la prosa se hace verso.

Es así
que cada verso 
supone 
una  f r a g m e n t a c i ó n
de m í.


A veces soy poesía.
Un amigo me dijo que todo lo que escribo es autodestructivo y repugnante.
Un autodestructivo y repugnante me dijo que todo lo que escribo es un amigo.

Mi amigo me dijo que tengo que enamorarme de las pequeñas cosas.
Pequeñas cosas me dijeron que tengo que enamorarme de mi amigo.

A ambos os digo que no.
No os digo a ambos.
Con esta nueva entrada, me gustaría transmitirle algo a algún lector. Entonces pretendería ser periodista. Claramente no lo soy. Mi más ferviente deseo es que todos mis textos sean incomprendidos y rechazados.
Buenos días, soy un pequeño texto depresivo. ¡Hace un día estupendo!
Buenos días, soy una declaración de amor. Póngame un café con leche. Se lo escupiré en la cara.
El salvaje erotismo de la rutina deprava las yemas de mis dedos cada vez que apago el despertador. Me olisquea durante el desayuno: ella es café por el placer de deslizarse por mi esófago; se arropa en mis intestinos y me besa. Suspira en mi ombligo, lame mi vientre. Me promete, entre susurros exasperados, estabilidad y seguridad.

Me preparo para copiar inútiles artículos del código civil, y dejo que el bolígrafo pase su lengua por el folio, dejando un rastro de tinta azul. Mientras, la rutina pasa la suya por mi rostro, esculpiendo con saliva sus leyes en mis ojeras.

A la hora de comer, no sé si soy yo la que mastica la carne o si es ella la que me desmenuza a mi. Primero me cata y me mordisquea delicadamente una oreja. Me gusta como lo hace, hasta que -¡Ay!- ¡Me ha mordido un hombro!

A medida que avanza la tarde, desaparezco. Me falta un dedo, y me ha arrancado de un mordisco el brazo derecho. Lo hace bien: me gusta mucho sentir como me engulle, el tobogán de su esófago me resulta muy divertido. Además, me siento tan segura entre las paredes de sus intestinos... En la cena, solamente me queda el antebrazo izquierdo y un trocito de mi cuello. Sobre su plato, que no tarda en devorar.

Por la noche, ella quiere hacer el amor. Todavía no sé a quién; yo ya no existo. Seguramente, terminará por masturbarse. 
El cielo surca mi estómago
a unos 800 km/h aproximadamente

Monarca de los idiotas

Empapada en alcohol
trepo por tu garganta,
me clavo en tus cuerdas vocales
para, finalmente, encumbrarme exhausta en tu boca.

No deberías dejar que te corone tan fácilmente.
Soy una solemne tontería,
y tú el idiota soberano.
Y, ¿Quién será ahora tu pueblo?
Mujer dorada, cuando te retuerces eres un saxofón. Si soplo a través de ti, somos música.
1. La brisa marina revolvía la melena de Raquel mientras conducía plácidamente el barco entre las olas del océano Atlántico. 

2. La brisa marina revolvía la melena del barco mientras conducía plácidamente la ola entre las Raqueles del océano Atlántico.

3. Las olas revolvían la brisa marina de los barcos mientras conducían plácidamente el Atlántico entre las melenas del océano Raquel.

4. El océano Atlántico conducía plácidamente las olas entre los barcos mientras la melena de Raquel revolvía la brisa marina.
                                                                                                               Sentido
                                                                    Irrelevante
                    Innecesario
                                                                              Superfluo
                                                                                                                   Cebolla.
                                              Tengo un pony con plumas rosas que vomita purpurina
    

Quiero que me compres más vestidos y zapatos bonitos
                                                                                               

                                                                      我已经肿胀的舌头,因为我过敏的猕猴桃

                           oh!
Odio esa poesía que haces
sobre cúpulas de cristal,
sobre amor entre árbol y enredadera,
sobre flores y primavera.

Creo que es violenta y desagradable.
Victimista y ególatra. Por eso

quiero que sepas
que tu bóveda multicolor ha estallado.
Sus virutas de vidrio se han clavado en mi pecho
y ahora estoy llena de llagas.

También quiero que sepas
que tu enredadera asciende lentamente por mis piernas
incrustando más profundamente cada viruta.
Arrastra hasta mi cara margaritas y cristales.

Mírame, soy una bonita y luminosa vidriera.
Si estiro así los brazos soy
algo así como un Jesucristo en Technicolor. 
Hubo un tiempo en el que éramos los mejores malabaristas de la ciudad. Jugábamos con emociones, lanzándolas al aire y arrastrándolas de vuelta con los dientes. 

Éramos los domadores. La piel se doblegaba ante nosotros con sólo un par de miradas atroces.
Éramos los leones. Nuestras garras arrancaban cada revestimiento de pudor.
Éramos espectáculo.

Eso fue lo que escogimos: el olor de la humedad, su textura en nuestras manos. El resbalar de tus palabras entre mis dedos. Mi rabia clavada en tu cuello. Saturar todos los sentidos, rezumar demencia por cada poro de nuestra piel.

Equilibristas en el fino hilo del pesimismo, eso es lo que somos. Caer al vacío antes o después no era un riesgo, era una obviedad. Claro que, la carne tiene un precio; y la opción más razonable en este circo de castigos y recompensas siempre fue la de matarnos. 

Rester ou repartir, ou bien choisir la disparition

Los momentos caen los unos sobre los otros,
cubriéndolo todo menos a ti. 
Como siempre, dejaré que vuelvas y me beses,
lentamente,
hasta que sienta tus afilados colmillos perforar mis labios.